Pepe Mujica defendió la libertad no el cannabis

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Pepe Mujica defendió la libertad no el cannabis

El expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica falleció, el pasado 13 de mayo, a los 89 años, dejando un legado difícil de igualar. Si bien aseguró que nunca consumió marihuana, su figura quedó profundamente ligada a ella y a una de las reformas más transformadoras en la historia de las políticas sobre drogas: la legalización del cannabis en Uruguay.
Todo comenzó en mayo de 2012, con el asesinato de Gastón Hernández, un hombre de 34 años, padre de cinco hijos ocurrido en la pizzería de Montevideo en la que trabajaba.
El crimen, que provocó una fuerte conmoción social, evidenció la creciente violencia asociada al narcotráfico y motivó a Mujica a replantear el enfoque represivo predominante.
Fue en ese contexto que comenzó a gestarse, en la más estricta reserva, la histórica decisión de avanzar hacia la regulación estatal del cannabis.
En reuniones privadas, Mujica y sus ministros debatieron las posibles alternativas. La idea que comenzó a tomar forma era sencilla, aunque disruptiva: quitarle mercado al narcotráfico mediante una regulación estatal. “Si la vida es el valor primero, nada más importante que la paz, nada más importante que la tranquilidad. Ni la droga ni la cárcel pueden ser una opción”, expresó el mandatario en una cadena nacional el 19 de junio de 2012, apenas semanas después del crimen que había estremecido a los uruguayos.
Finalmente, en 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar integralmente el cannabis. La Ley 19.172, impulsada por el Ejecutivo, estableció tres vías de acceso: cultivo doméstico, clubes de membresía y venta en farmacias, todo bajo registro estatal.
Es importante dejar en claro que Mujica nunca fue complaciente con las drogas. “No es bueno el consumo de drogas, no hay que defenderlo”, decía en 2014. Sin embargo, fue capaz de entender que la prohibición no ofrecía soluciones sostenibles. "Nosotros no defendemos la marihuana, defendemos la libertad", dijo en reiteradas ocasiones. Con esa lógica, su gobierno tomó el camino de regular lo que antes se dejaba en manos del crimen organizado.
Con su muerte, no solo se despide a un expresidente, sino al hombre que, sin haber fumado un porro en su vida, se atrevió a cambiar la historia del cannabis y lo hizo consciente de que regular era una forma de cuidar.
Larga vida y todo nuestro reconocimiento a Pepe Mujica allí donde este.