El cannabis con fines recreativos se consume principalmente de tres formas: Como marihuana (principalmente los cogollos), como hachís (preparado de resina) o como aceite de hachís (destilación de la planta).
Cada uno de estos preparados tiene una concentración muy diferente de THC y CBD, siendo la marihuana el de menor concentración, el hachís con una concentración intermedia y el aceite de hachís con una concentración mucho más elevada. Además, el cannabis puede consumirse principalmente ingerido junto alimentos (mantequilla, galletas, bizcochos...) o inhalado mediante vaporización o combustión (fumado).
Es difícil establecer los riesgos específicos para la salud del cannabis para cada persona. ¿La razón? Los efectos dependen de múltiples factores: los hábitos y la forma de consumo, la concentración y el balance entre el THC y CBD, la edad y las características de la persona... Por un lado, cada planta de cannabis puede presentar concentraciones de THC y CBD muy diferentes que son determinantes en los efectos producidos en el cerebro. Por otro lado, cada persona tiene una predisposición diferente al cannabis que da como resultado patrones de absorción y efectos producidos muy distintos.
A nivel recreativo los productores de cannabis han incrementado progresivamente la concentración de THC en sus cultivos. La explicación es bien sencilla, el THC es la molécula principal que provoca el subidón y el colocón. Por lo tanto, los consumidores lúdicos prefieren una hierba con una mayor concentración de esta molécula en detrimento de otras como el CBD que no provoca estos síntomas, sino que más bien es relajante.
Sin embargo, al parecer de muchos expertos un nivel elevado de THC con respecto al CBD incrementa también algo el riesgo de efectos negativos para la salud: colocones chungos, malas experiencias, mareos, vómitos, etc. Debido a esto, las plantas más seguras para consumir son aquellas que tienen concentraciones bien balanceadas de THC y CBD.
En MARISANA nos preocupamos por la calidad del cannabis que autocultivamos para nuestros asociados y por eso potenciamos, en nuestro cannabis para fin lúdico, una buena variedad con buenas concentraciones bien balanceadas de THC y CBD, para garantizar así la mejor experiencia posible a nuestros usuarios.
Nuestras variedades procuran potenciar los efectos agradables y típicos del cannabis sobre el ser humano como lo son, además de la euforia y la sensación de bienestar; la estimulación del apetito y del sueño, el alivio del dolor, la relajación y disminución del estrés y el incremento de la percepción de los sentidos.
De esta forma procuramos minimizar los efectos negativos o desagradables, lo que se considera como un “mal viaje”.
Durante un “mal viaje” se puede experimentar ansiedad y ataques de pánico (sobre un 20% de los usuarios lo han experimentado en alguna ocasión tras fumar cannabis), mareos, agitación, problemas de coordinación motora y equilibrio, pensamientos paranoides u obsesivos y confusión.
En contexto con otras drogas “legales”
Todas las drogas tienen potenciales riesgos para la salud humana. Sin embargo, el grado de peligrosidad que posee cada una de ellas es muy diferente. A menudo, se suele pensar que las drogas legales (alcohol y tabaco) son más seguras por su aceptación legal y social. Nada más lejos de la realidad.
La marihuana es menos adictiva que el alcohol y el tabaco. Frente al 10% de las personas consumidoras que se vuelven adictas al cannabis, un 15% se vuelve adicta al alcohol y un 32% al tabaco.
Además, no se han registrado sobredosis mortales por consumo de marihuana, cosa que sí ocurre con otras drogas como el alcohol. Por otro lado, los daños físicos asociados al tabaco (principalmente cáncer de pulmón e incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares) y al alcohol (principalmente enfermedades hepáticas e incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer) son también considerablemente mayores que los daños conocidos asociados al cannabis.
Ahora bien, también hay que tener en cuenta que son mucho mejor conocidos los efectos sobre la salud del alcohol y el tabaco comparado con el cannabis porque estas drogas legales cuentan con un volumen de estudios científicos a sus espaldas considerablemente mayor.
No obstante, por lo expuesto queda objetivamente demostrado que el cannabis, en comparación con las otras drogas “legales”, resulta más benévolo y menos perjudicial.